viernes, 23 de septiembre de 2011

Bruselas: el epicentro del terremoto

Cuando hace un par de meses recibí una invitación para asistir a las Jornadas Europeas para la Juventud de los Social Demócratas europeos, planearon sobre mí algunas dudas, especialmente relativas a la utilidad de la asistencia y a la percepción de aquellos con los que he compartido peleas en los últimos meses. No obstante, y pese a que todavía necesitaré unos días para resolver las dudas del segundo tipo (las cuales no tienen por qué revestir excesiva importancia, en tanto que yo no milito en ningún partido y por tanto tengo derecho a reunirme con quien quiera, siempre a título personal) creo que estoy en condiciones de resumir mis impresiones sobre estas jornadas. Vamos allá.

Lo primero, lo innecesario de colocar el lema “Meeting with the young indignant citizens” en la puerta del hemiciclo donde iban a tener lugar las conferencias. Protesté por ello cuando tuve la oportunidad de hablar a micro abierto (“señores, ese cartel de ahí está mal, no somos indignados, somos ciudadanos movilizados, concienciados y estamos empezando a diseñar estructuras alternativas ya que ustedes no lo están haciendo”). Este cartel me hizo sentir un mono de feria. Que jóvenes italianos y franceses afiliados al partido me señalaran los días posteriores y me llamaran “el indignado” tampoco contribuyó a que me sintiera demasiado bien, aunque al menos los jóvenes italianos y franceses eran gente agradable y de buena conversación. Quien hizo el cartel seguramente no, ya que hay que ser bastante insensible para no darse cuenta de que los "indignados" es la vergonzosa marca-producto de la incompetencia política imperante.

Lo segundo, la escasez de la tan proclamada austeridad. Nos hemos hospedado en el Hotel Bedford (busquen información sobre él en internet), un hotel de 4 estrellas a 300 pavos la noche -habían habitaciones baratas, pero no nos metieron en ellas-. Nos dieron de cenar en una sala de fiestas en las que se descorcharon infinitas botellas de vino y champagne que –sin ser yo un enólogo- malas no eran. Y en determinado momento oí que el presupuesto para esas jornadas era de 80000€. Con 102 jóvenes, disparar el gasto a casi 800€ por persona para sólo dos días me parece cualquier cosa menos austera. He costado más de lo que nos gastamos mi madre y yo al mes. No se acaban de disfrutar este tipo de cosas, aunque no os lo creáis.

Lo tercero, la poca perspectiva autocrítica imperante. Vale, imperante es una palabra muy fuerte, similar a mayoritaria, pero era una tónica encontrar a gente –militantes o simpatizantes del Partido Socialdemócrata europeo- con más ganas de reventar el “soy federalista” o el “tenemos que ganar elecciones” o incluso el ya muy manido “son los conservadores los que están matando Europa” que con ganas de admitir que, en efecto, han sido los partidos socialistas español y griego los que han subido la edad de jubilación y los que aprueban decretazos y reformas constitucionales sin contar con el pueblo. Rechazo de pleno la escasez de propuestas que han partido de jóvenes militantes, algunos de ellos –insisto que algunos- más pendientes de asociarse desde el mamoneo que desde la inteligencia constructiva y la mentalidad crítica. La política huele mal desde fuera. Desde dentro es un reto permanecer si no tienes ganas de mamonear y sí de proponer.

En cuarto lugar, y esto sea probablemente lo más grave, he de denunciar la indiferencia ante algunas propuestas. Sé que sonará a complejo de inferioridad, pero fueron mías las dos propuestas principales más descaradamente ignoradas:

1. La primera propuesta, encomendada por mi plataforma Govern Obert, fue solicitar una normativa europea de acceso a la información, así como denunciar los bajos niveles de transparencia y las dificultades de acceso a la información pública en nuestro país, denunciados por la Freedom Of Information Advocacy y Transparencia Internacional. En este sentido, solicité la instauración –o al menos la proposición y el estudio- de una normativa europea de transparencia integral, inviolable por todas las instituciones locales, municipales y nacionales, que se ajustase a los estándares fijados por la FOIA y TI. En mitad de una discusión filosófica de bajo calado, propia de unos juegos florales en época de vino y rosas (“¿más Europa o menos Europa”), acabé mi intervención solicitando, y cito textualmente, “más Europa, pero siempre desde el derecho a saber”, arrancando el primer aplauso unánime del hemiciclo en la hora y media de debate que llevábamos. Este último dato no está colocado para mi propio regocijo, sino para trasladar el apoyo recibido por dicha propuesta. Acuerdo aplastante por parte de los asistentes, indiferencia manifiesta por parte de las autoridades.

2. La segunda propuesta, esta ya generada por la mala uva que empezaba a sentir tras la desfachatez de ciertas perspectivas –ciertamente ajenas al sentir de la calle y muy próximas a lo sectario- fue la publicación de los datos sobre los bancos privados que financian las campañas de los partidos socialistas nacionales, así como auditar e investigar los casos de corrupción y evasión fiscal derivados de las transacciones especulativas que están dinamitando la economía europea –véase el caso de Botín y su gusto por los paraísos fiscales- y dañando deliberadamente el sistema del bienestar. Afirmé que si la socialdemocracia sigue queriendo hacer honor a su nombre, debe luchar contra la banca privada que no juegue según las normas, aunque sean las mismas instituciones corruptas que financien su campaña política

Estas dos propuestas fueron deliberadamente ignoradas por los europarlamentarios allí presentes: Martin Schulz, Hannes Svoboda y López Aguilar entre otros. Recalco el hecho de que la primera de estas propuestas fue unánimemente aplaudida en el hemiciclo. Pero nada. Aire que pasa.

En quinto lugar –nótese que dejo lo positivo para el final, para dejar un buen sabor de boca a quien lea esto- he de remarcar las buenas migas que hemos hecho con nuestros conciudadanos europeos, especialmente con los griegos, portugueses e italianos. Efectivamente, los llamados “PIGS” (Portugal, Italy, Greece, Spain) hemos llegado a la conclusión de que nos sentimos ciudadanos de segunda división frente a una primera división franco-británico-alemana. Esto no tiene sentido en un sistema supuestamente igualitario, aunque tampoco lo tiene que los alemanes presentes en dicha conferencia consideren que la solidaridad es un sinónimo de caridad. Señores: cuando los PIGS ya no tengamos ni un euro para comprar sus Volkswagen, ir a ver la última de cine francés o comprar el último disco de Coldplay, se van a comer sus productos con patatas. Por ello, y tras una reunión con la “delegación” griega, estamos trabajando en un texto común llamado “To fight against the crisis is to fight against the financial markets” (Luchar contra la crisis es luchar contra los mercados financieros”) que será dirigida a los partidos socialistas estatales de los países miembros de la Unión. Este hecho –la redacción del texto- fue comunicada por la moderadora Victoria Martín a los presentes, poker face de los eurodiputados incluida.

El socialismo y la izquierda en general es una idea que ya no tiene cabida en el europarlamento. Ahora hay una habitación pintada de rojo y dividida en dos. En el fondo de la habitación y muy lejos de la puerta, jóvenes a los que costaría distinguir en algunos casos de entre los asistentes a una boda, tanto por imagen como por capacidad de conversación: todos repiten las mismas cosas y todos se practican sexo oral con las palabras sin caer en lo pobre de su discurso, al que le hace falta una o dos actualizaciones. Al otro lado de la habitación, muy cerca de la puerta, una masa de ciudadanos críticos que sienten sus ideas violadas por un sistema muy preocupado en dar comodidades a unos pocos pero muy despreocupado por el interés general. En el primer grupo destacan laboristas ingleses de veinticinco años cuya mayor reflexión es “tenemos que ganar elecciones” y eurodiputados cuya respuesta a una pregunta incómoda es “vamos a hacer un descanso, la sala de fumadores está a la izquierda” (querido Svoboda, ud eres ese hombre). En el segundo grupo hay griegos y españoles con el agua hasta el cuello, traicionados por un gobierno que de socialista tiene tan sólo las siglas y que se ha vencido al mamoneo interno, exiliando a gente como Andrés Perelló a la gris Bruselas en lugar de colocarlo en el lugar que se merece: proponiendo soluciones y hablando claro. Fuera de esta metafórica habitación, un tal Martin Schulz reconoce sin pudor que “no tenemos soluciones”. No las tienen porque las soluciones pasan por pararle los pies a la banca privada, la misma que le permite llevar un estilo de vida que nada tiene que ver con los 400€ al mes con los que yo malvivo.

Señor Schulz, señor Svoboda, señores demasiado alejados de la realidad e incapaces de dar soluciones: les pagamos para que se tiren 8 horas al día pensando en esas soluciones, no pretendan que gente como yo o como Dimitrios, mi colega griego, las encontremos, puesto que estamos más preocupados por sobrevivir. Si son ustedes incapaces de encontrar soluciones, les propongo lo siguiente: haremos mi amigo y yo su trabajo mejor que ustedes –a su declarada incapacidad y a nuestras numerosas propuestas me remito- por un cuarto de su sueldo. ¿Hace?

Por último, recordar que ninguno de los asistentes pertenecientes al movimiento 15M fuimos a aplaudir a ningún político, ni a representar a nadie ni a pasar el día. Fuimos a proponer soluciones y a comprobar la visión del segundo colectivo político más importante de la Unión. Sin embargo, salimos de ahí con la triste sensación de que Europa está a punto de pegarse una hostia de proporciones épicas. Ríanse ustedes de la crisis hasta ahora. Se quieren votar propuestas para eliminar el contrato y volver al sistema laboral del siglo XIX. Por ejemplo. Esto es Europa. Y luego querrán que no seamos eurofóbicos.

JM Martín

PD: En breve circulará la citada carta. El día en el que los pobres nos rebelemos contra la hipocresía de nuestros gobernantes se acerca. El problema dejará de ser nuestro y va a empezar a ser suyo.

7 comentarios:

  1. Desde la envidia por tu viaje, la comprensión por los malos ratos que la bilis irritada, a tenor de lo que cuentas, deben haberte producido ciertos encuentros y discursos, me baja la envidia y me sube la bilirrubina, ¿que tal las socialdemócratas?..

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  2. Hola JM, gran trabajo!
    me siento un privilegiado por poder disfrutar de tu viaje a las entrañas del poder, gracias por compartirlo.
    Las dos propuestas que mencionas van a la línea de flotación del sistema, ese del cual forman parte estos mal llamados socialdemocratas. Yo creo que ya está completamente claro que son traidores de clase, que se han prostituido a cambio de prevendas, y que están colaborando a este desmontaje del estado. Era obvio que no podían ni hacer como que las habían oido.
    Buen trabajo y buen relato! Nos vemos pronto. Un abrazo!

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  3. Manuel Thunder Silvestre23 de septiembre de 2011, 8:37

    Con ganas de verte te mando un abrazo enorme. Buen trabajo.

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  4. Lo del cartel me parece de un cómic de Ibañez. En fin, gracias por contarnoslo... XD

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  5. Nunca dudamos de vuestra capacidad para tocarle los huevos a la socialdemocracia europea, y leyendo lo que leo me reconforta pensar que hay gente como vosotros que defiende un pensamiento, una idea, un sistema, una visión en la que no nos arrodillamos ante el discurso imperante. Cada vez me representas más. Esto hay que hablarlo pero con cervezas delante. Un abrazo

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  6. Gracias por exponeros a los comentarios malsanos que a veces nos administran algunos mayistas. Gracias por contarlo con todo lujo de detalles, aunque aun quedan datos sobre el gofre por aclarar. Gracias por poner vuestro tiempo y talento al servicio ajeno. Toda esta gratitud no hace que se disipe la sensación de tristeza por la acogida de las propuestas, tendremos que seguir trabajando duro. Besos hombre menguante¡¡¡

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  7. Txemilla, como siempre, te sales!!

    Creo que vamos a tener que echar una o dos cervezas y charlar de este tipo de temas, que por hartos que estemos, desde el sofá de casa y votando una vez cada cuatro años a aquellos que no se preocupan más que por ellos y sus amiguetes esto no se va a arreglar.

    MEETING A LA DE YA!!! (aunque sólo sea por las cervezas, que los encuentros de refilón en la puerta de la facultad dan para poco)
    Un saludamen,

    Nicky

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