martes, 7 de diciembre de 2010

Por qué es tan importante el fenómeno Wikileaks (1)

Al escribir estas líneas, tengo la interesante sensación de que probablemente cuando lleve un párrafo mi opinión estará absolutamente desactualizada. Los hechos se acontecen a una velocidad vertiginosa, y esto es algo lógico viviendo en la era de las prisas. He tratado de informarme en los últimos días, analizando dentro de lo posible determinados "cables", indagando en sus efectos más incluso que en sus contenidos y tratando, ante todo, de pulsar la opinión del internauta. Y como sé que en estos días la información emerge a borbotones, y como sé que a veces peco de verborreico, voy a tratar de sintetizar en algunos puntos muy simples todo lo que percibo en este asunto tan enorme. Allá voy:

1) El ser humano no puede vivir como hasta ahora: sabemos que existe un Occidente, un Oriente, un Tercer Mundo. Las diferencias son abismales, pero en esencia existen dos cosas que son comunes a todos estos mundos dentro del mundo. La primera es la presencia de desigualdad, que en algunos casos llega a ser sonrojante. Ya no sólo desigualdad económica, sino social según géneros, según religiones, según estratos culturales. La segunda es la presencia de secretos. Los secretos sólo benefician a unos pocos. Los secretos provocan la desigualdad. Es un hecho incontestable.

2) El ser humano está dormido y es esencial que despierte: los secretos no proporcionan estabilidad, los secretos sólo provocan que una parte del mundo esté demasiado acomodada, dejando hacer a los poderes fácticos lo que les viene en gana. Mucha gente está opinando en foros que por culpa de Wikileaks pueden haber muchas muertes de inocentes, lo que no deja de ser de una ironía y de un sinsentido bestial, dado que ahora mismo existen aproximadamente 50 conflictos armados en todo el mundo y sólo estamos informados sobre un par. Estar dormido es estar desinformado, y estar desinformado es permitir la desigualdad, es ser víctima de esa trampa que uno permite.

3) El gran triunfo del sistema es el miedo institucionalizado: decía Woody Allen que el ciudadano ha preferido ser un contribuyente tranquilo antes que un ciudadano comprometido. Ese es el gran triunfo del sistema: la falsa noción de que se han conseguido avances y que es suficiente. Esto lo digo yo, y puedo estar equivocado: si el ser humano supiese lo que puede llegar a lograr, dejaría de tener miedo a perder lo poco que tiene.

4) Para lograr avances, hay que conocer la información: porque no me fío de un médico que vaya a curarme sin ni tan siquiera ver las radiografías. El ciudadano tiene una gran responsabilidad, y es la de conocer la información que se maneja en su mundo. Si la ignora, está negándose el bienestar real. Si se quiere enterar de que su gobierno fue puesto a dedo por la CIA, si se entera de que el crack del capitalismo ha sido diseñado en un laboratorio, si se entera de que su fiscal general ha consentido la muerte de un periodista en la guerra de Irak cediendo ante las presiones de cierto servicio de inteligencia, comprobará el estado de putrefacción de su mundo. Y cuando lo conozca, tendrá que dar el primer paso hacia el cambio: imponer su autoridad como ciudadano.

5) Quien no desee conocer la información, será merecedor del sufrimiento que le venga encima: porque estará consintiendo no sólo su manipulación, su ninguneo, sino el de gente que no está de acuerdo con el abuso de los poderes. Quien consiente la corrupción, merece ser expoliado, pues está siendo responsable del mal uso de su bolsillo y del de sus conciudadanos. Quien quiere vivir al margen de la información que Assange y Wikileaks está liberando, está pidiendo a gritos que lo entierren bajo una montaña de mentiras, de excusas, de engaños y de basura institucional.

6) El mundo es un escenario, pero se puede cambiar: porque los poderes son actores, pero quien paga las nóminas de esos actores somos nosotros, los ciudadanos, los directores de la obra. Y los jefes tienen el derecho a recoger informes periódicos sobre qué demonios se hace con su dinero. Y Wikileaks nos está sirviendo en bandeja de plata la montaña de facturas que hace tiempo se nos adeuda. Y tener esa información ya es un cambio. Ahora solo hace falta que todos los dueños de esas facturas reclamen lo que es suyo: el control de la obra. Es una cuestión de autoridad.

7) Se está librando una guerra, y todos podemos elegir el bando: el campo de batalla es internet. En un bando está un grupo de ciudadanos que abogan por la libertad de expresión, sin mordazas, sin tapujos. En el otro está la voz del amo, quien nos da tranquilidad y nos sirve cada vez menos comida en el plato. Cada uno elige. Para estar en el primer bando, se exige compromiso. Es difícil estar en él: hace falta apoyar, divulgar, transmitir la palabra, aportar conocimientos informáticos, copy-pastear enlaces, no callar. Para estar en el segundo bando, no se exige nada: solo hace falta callar y creer, confiar en el "estado de derecho". Es fácil estar en el segundo bando. Estar en el primer bando te hace de los malos, de los terroristas, de los peligrosos. Estar en el segundo bando te hace bueno. Elegir es gratis, pero al final de la partida va a haber un precio a pagar. Y si ganan los buenos, el precio va a ser altísimo.

8) Malas noticias, internet pertenece a los buenos: pero tranquilos, porque aun así se pueden hacer cosas. Amazon y PayPal están fastidiando a esa red terrorista llamada Wikileaks. Twitter también parece enarbolar la (falsa) bandera de la libertad. ¿Quieres jugártela en tierra hostil? Gente como ALT1040 te explica como. Todo es indagar. Y sí, se pueden hacer cosas. Muchas.

Continúa mañana, aquí, en tu pequeño blog de mierda.

1 comentario:

  1. A ver, planteas muchas cuestiones...demasiadas, y algunas, creme, no son ni planteables, quiero decir que se dan por sabidas, como que casi ni tenemos información de las tramas político-sociales existentes (pero pienso que eso se da por hecho). Lo que no estoy para nada de acuerdo es en como se está tomando todo este lío de la información en demasía, en poner todas las cartas sobre la mesa, pueden crearse demasiados conflictos en la política exterior y fracturas en la política interior de todos los casos que se mencionan. Creo que hasta puede llevar a un caos generalizado e insatisfactorio a nivel mundial.Creo que en estos casos, como en el día a día...todo debe ser dosificado, masticado despacio, tragado, y asimilado...y en este orden. Por supuesto no estoy de acuerdo en la falta de libertad de expresión, pero todo tiene q ser estructurado, a mi no me valen las cosas desordenadas, dí lo que tengas que decir, pero siempre con conocimiento de causa y sin tanto alboroto...¿al final que?, sólo sabemos pinceladas, ahora no puede facilitar mas información...y yo desde aquí fuera lo único q pienso es q es una putada q me deje sin saber el final de la película y me hace pensar sobre la teoría de lo absurdo y pensar si todo ésto no es mas que una llamada de atención o una simple cortina de humo...tengo dudas, y muchas.

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