martes, 21 de diciembre de 2010

Carta a la ministra Sinde y al congreso

Querida ministra de cultura, queridos miembros del Congreso de los Diputados:

Soy un joven valenciano de 28 años. Soy músico, de esos que cargan su furgoneta con los trastos cuando acaba el concierto. De esos que, si hay suerte, cobra por tocar. De esos que, si el dueño del local se estira lo suficiente, bebe algo gratis por tocar en su antro. De esos que no viven en mansiones en el extranjero. De esos que no pagan impuestos en Andorra, en Suiza, en las Caimán o en otro paraíso fiscal. De esos que, por haber grabado cosas con gente dada de alta en SGAE, tuvieron que darse de alta en la Sociedad General de Autores Españoles para que el poco dinero que pueda sacar por reproducción de mi obra no se vaya a arcas que no son mías, porque al fin y al cabo grabar un disco me cuesta una barbaridad. Aunque claro, si a final de año este poco dinero no supera determinada cuantía, la SGAE lo retiene. Cosas de la vida del artista.

Soy también un culo inquieto. He trabajado en radio, en TV como reportero de informativos. Soy blogger. Soy filólogo, sigo formándome para ser un doctor en lingüística aplicada e investigo discurso político y manipulación de los medios de comunicación. Y he de decir que sí, que cumplo con mis obligaciones como ciudadano responsable y acudo a las urnas cada 4 años.

Como ven, tengo inquietudes. Y su ley de Economía Sostenible luce un altisonante título pero me genera inquietud. Y a ustedes, señores del congreso, debería generarles también inquietud y desasosiego. Porque el ciudadano se está expresando y ustedes quieren imponerse a toda costa. Y todos ustedes, no solo los congresistas del PSOE, sino los del PP, PNV y CiU, deben empezar a preocuparse por la integridad y la estabilidad que su privilegiada posición les otorga. El ciudadano habló ayer: si uds pueden cerrar lo que quieran en internet, nosotros podemos cerrarles a uds sus webs siempre que queramos.

Uds han manipulado el mensaje gravosamente: difunden allá donde hay un micrófono que el ciudadano quiere lucrarse a base de explotar las producciones ajenas. Parece que la única finalidad de los internautas sea bajarse discos y películas como si no costase.

Rotundamente NO. Esta ley es un peligroso precedente: ustedes quieren regular algo que se regula por sus propias fuerzas de compensación. Ustedes quieren que el único reducto de información contrastable y crítica para con el poder sea una televisión a su servicio. Esa es la única premisa de su Ley de Economía Sostenible. Los flecos referidos a defensa de derechos de autor son sólo la salsa, pero el filete es de dimensiones inadmisibles. Ustedes no solo no escuchan al ciudadano, algo aberrante en un estado de derecho. No es ese su único pecado.

El pecado más grave es habernos tomado por tontos. El pecado capital es, sin duda alguna, querer aprobar una ley que ha sido proyectada desde los EEUU. Una ley que pretende que no hayan más Wikileaks, que no haya disidencia al borreguismo, que no haya diversidad de pensamiento, que no haya libertad de expresión. Ustedes, los políticos, nos venden banderas, lemas pegadizos, palabras talismán, himnos y bandos. Nos separan. Pero son todos lo mismo: mamporreros al servicio de una élite económica que dicta la mordaza de turno.

Nos imponen leyes diseñadas por otros. Subvierten el sentido de las cartas magnas de las naciones. Intentan poner por encima derechos de unos pocos y por debajo la igualdad de derechos, algo que figura en nuestra Constitución, esa que nunca quieren tocar pero de la cual pasan siempre que quieren. Nos han demostrado que no importa quien salga elegido en los comicios: mandan siempre los mismos. Han empleado a la ministra Sinde, sin duda una persona con una dignidad a todas luces nula, para tener una imagen tras la cual se pueda parapetar un asalto a las libertades ciudadanas que trasciende a la soberanía nacional. Y la soberanía nacional, señores políticos del estado español, emana del ciudadano.

Imaginen un paisaje frondoso ¿Saben lo que pasaría si ahora pusiéramos una puerta en mitad de esa sabana? Que al final la vegetación se tragaría esa innecesaria barrera. Uds no pueden poner puertas al campo. La cultura no es lo que ustedes dicen o establecen, la cultura es la expresión visible, audible y tangible de una sociedad. Y la sociedad somos nosotros, los ciudadanos. Y la sociedad regula la cultura. No pueden ponerse por encima, porque en el momento en el que lo intenten se les echará el caos encima.

Ustedes han actuado, pero se han olvidado de que tienen jefes. Concretamente, 48 millones de jefes. Y dentro de este gran consejo de administración, hay algunos que estamos muy enfadados y que no vamos a tolerar que el servicio siga campando a sus anchas. Uds están a nuestro servicio, pero hace tiempo que lo olvidaron.

Así que el ciudadano va a actuar esta tarde igual que actuó ayer. Quien quiera taparse la cara, lo hará. Quien no quiera, como yo, no lo hará. Y entraremos en masa en esas páginas de asalto mediante LOIC (aquí podéis descargaros el programita, es muy fácil de usar, indicando la web y ponendio, importante, el tipo de ataque, que será HTTP) y en tantas otras similares e introduciremos la web del congreso y les dejaremos claro que si los gobernantes no legislan en pro de los ciudadanos, entonces no van a legislar en pro de nadie.

Y si mañana ustedes dicen que internet tiene que ser regulada y depurada porque genera ataques a las sacrosantas instituciones, entonces nosotros diremos en voz alta que la democracia española y mundial debe ser depurada porque conspira contra el ciudadano.

La guerra ha empezado, pero recuerden que fueron ustedes los primeros agresores. No lo olviden, porque algunos no olvidan, no perdonan y son legión.

Somos.

JM Martín

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