En respuesta a un buen colega en el que el cansancio, el pesimismo y la crítica han hecho mella, y considerando que lo primero y lo segundo van de la mano y lo tercero puede ser muy positivo, escribo estos puntos que resumen mi parecer, a día de hoy, sobre las mínimas y muy subsanables diferencias aparecidas en el seno del movimiento 15M. Allá vamos:
1) La democracia horizontal no existe. Cualquier intento que se lleve a cabo, independientemente de la buena fe, es una falacia.
2) Cualquier modelo democrático (sea representativo o participativo) no basado en la meritocracia tiende indefectiblemente a que se convierta en una cosa llamada memocracia. En la memocracia, los menos informados tienden a creer que están en posesión de la verdad, y los más preparados a pensar que no se está nunca en posesión de algo que es relativo.
3) Dado que la preparación (la información, vamos) lleva implícita cierta humildad, la memocracia acaba por ser un jardín en el que todo el mundo quiere tener la flor más bonita. Si su flor es una mierda, no dudará a la hora de aplastar con el pie la flor del otro.
4) Al igual que la riqueza se pude lograr por el camino de la acumulación o por el de la carestía provocada en los demás, el poder se puede lograr del mismo modo: o haciéndose merecedor de crédito mediante una argumentación reflexionada o tapando las argumentaciones de los demás con ruido. En una memocracia, suele pasar lo segundo.
5) Cuando la memocracia se hace paso, la gente responsable adquiere un valor tremendo, ya que es esta gente la encargada de reencauzar lo que en un principio era horizontal y que se ha mostrado poco efectivo pero de grandeza espiritual incontestable.
6) Al reconducir este tipo de situaciones, la gente responsable tiene que tener cuidado: minimizar las luchas de los que han provocado involuntariamente la desunión con sus quejas y con sus ideas fuera de contexto (lo siento, ya sabes y sabéis que algunas comisiones de la Plaza del 15M me parecen muy bonitas FUERA de esa plaza) puede ser peligroso y acabar por ser más perjudiciales que los propios elementos protorrupturistas.
Lo aconsejable, dada la situación, es seguir trabajando cambiando el contexto: llevar la re-evolución a los barrios, a las aulas de secundaria, a las universidades y darse cuenta de que hay mecanismos que no se utilizan (véanse en el sistema universitario), gente muy cercana a los indignados con la que nunca hemos sabido contar (docentes muy próximos a nuestras peticiones) y asociaciones que llevan años peleándose por lo mismo que nosotros reclamamos desde hace cuatro días y que no nos tuvieron ahí cuando se embarcaron como pioneros en esto de la lucha por el cambio social (asociaciones vecinales, grupos antiglobalización, plataformas ciudadanas...). Efectivamente, el movimiento 15M no es un movimiento tan pionero como nos pensamos, y hay que saber reconocer los méritos a quienes tienen callo de luchar por nuestros derechos.
Todo el mundo es útil, pero algunos juegan (o jugáis, o jugamos) un papel más concreto que otros. Su función es saber ubicar la lucha donde hay que ubicarla y con los elementos que más productividad puedan acarrear. Es hora de sentarnos, cada uno en su casa, e INFORMARSE: informarse de quién lucha y cómo lo hace y, sobretodo, informarse de quién soy, qué busco, en qué sentido priorizo y dónde puedo resultar útil.
El movimiento 15M no debe ser una masa informe. El movimiento 15M debe ser la chispa que inicie -y yo confío en que haya iniciado ya- una reagrupación inteligente y sólida de todos esos luchadores disgregados que confiamos en cambiar el mundo y que no nos damos cuenta de que no somos ni los únicos, ni los primeros, ni seguramente los más preparados. Si del Movimiento 15M surge un fortalecimiento de las asociaciones ya existentes (Afectados por la Hipoteca, Democracia Real Ya, Attac, Govern Obert, Salvem l'Horta, Salvem el Cabanyal, asociaciones vecinales, Plataforma per la Transparència, Coalición Pro-Acceso a la Información, asociaciones de Gays Lesbianas y Transexuales, asociaciones feministas...), una colocación de todos los indignados en cualquiera de esas asociaciones y la conciencia de queestamos todos en el mismo barco que conlleve que todas esas asociaciones nos movamos en el mismo sentido y en la misma dirección contra este sistema de imposiciones que es la maldita democracia representativa, abrazando lo que nos une y postergando todas esas luchas mínimas que no todos compartimos,
NOS COMEREMOS AL SISTEMA CON PATATAS.
Y con inteligencia y buen ánimo, podemos hacerlo. He dicho.
JM Martín